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Poesía afilada. ¿De qué otra manera podría una describir los films de Saul Levine, con esos cortes entre martillos neumáticos y B.B. King cantando blues? Levine es el outsider autóctono de Boston. En la cultura de la televisión pública y las imágenes futuristas generadas por ordenador, Levine es fiel a sus armas expresionistas y táctiles como rey del super 8 que es. Quizás mejor conocido a nivel nacional que en su ciudad adoptiva, Saul Levine se ha fabricado una reputación de creador y promotor de cabecera del cine americano de vanguardia.
En Boston es la fuerza motriz tras la Massachusetts College of Art Film Society, la única asociación cinematográfica universitaria del país dedicada a los clásicos y a los más vanguardistas films de la vanguardia. Ha sido profesor de tres generaciones de cineastas, ahora repartidos por el mundo y rindiendo, cada uno a su manera, homenaje a su influencia. Programadores de todo el mundo le llaman para enterarse de qué hay de nuevo en el área.
Pero es su trabajo como creador de una de las más cautivadoras poesías audiovisuales que existen lo que habla de manera más contundente de la política de la estética de Levine. Levine siempre ha tenido un doble propósito: el cambio social y la autoexpresión artística. En su película New Left Note estas dos preocupaciones de funden en un detallado retrato de la nueva izquierda. Más recientemente, sus Notes After Long Silence consiguen mostrar algunos de los puntos de vista políticos de Levine al mismo tiempo que hunden sus raíces en la experiencia personal de la que surgieron. Notes After Long Silence es la última de esta serie de “notas” que se remontan a 1969. Algunas veces dirigidas a personas y otras, como Notes After Long Silence, basadas en poesías (en este caso, Coleridge), estas películas son apuntes hechos a base de imágenes y sonidos estructurados, montados de acuerdo a patrones de rima, metáfora y lo que Eisenstein llamó “el montaje intelectual”. Es necesario ver Lost Notes para encontrar el origen de Notes After Long Silence. Lo que vemos en ésta última es la resurrección de la imagen y de la mujer “perdida” en Lost Notes.
En cierto modo, la mujer es solo lo que origina la película, no su tema principal. Pensando en otro amor perdido, al que se alude en la banda sonora por medio de la voz de un hombre que proclama “estuve casado”, invoca la imagen de esa mujer. El cuerpo central de la película, sin embargo, es un tratado Burroughsiano sobre raza, sexo y medios de comunicación. El estilo cut-up de Levine realza las marcas de los empalmes, la cola de montar y el salto de 18 fotogramas entre sonido e imagen en el montaje de super 8. Su superficie toscamente tallada imita a la imagen, repetida a lo largo de todo el film, de la la obra/destrucción del metro de Harvard Square en Cambridge, Massachusetts. El martillo neumático es a la vez símbolo fálico e instrumento de percusión al intercalarse con un músico de blues, imágenes de relaciones sexuales, un pájaro carpintero de juguete, una telenovela, Gerald Ford y miríadas de otras imágenes y sonidos. La autorreflexividad es característica del estilo de Levine, con lo que a una no le sorprende ver el entorno de la obra, el metro, la pantalla de televisión y otras imágenes que aluden al cine. La gramática de Levine está articulada para incorporar imágenes mediáticas sin esconder las costuras; imágenes mediáticas de raza y sexo, amor y violencia, trabajo y juego, y presencia y memoria se funden en una especie de canción de nuestro tiempo.
El montaje de sonido en super 8 le permite a Levine tocar a dúo con B.B. King. El cineasta es a la vez obrero y músico/improvisador. Este es un concepto guía para el cineasta. Levine se sitúa del lado del blues, que tal como él lo ve, es una forma de expresión de clase obrera, libre, de un pueblo oprimido. Se posiciona como cineasta en contra de los melodramas televisivos y de las imágenes de la guerra y de sus defensores políticos. Es esta una metonimia libre elevada al nivel de análisis político, improvisada con lo que tiene a mano. Como tal, refleja el viejo debate de Levine consigo mismo sobre la relación entre la política radical y las formas radicales. Aunque ha tenido una larga andadura como activista político, sus películas no proponen un plan catalizador del cambio social. Existen como modelos, agrietados y cristalinos, que presentan más complejidades que soluciones y reflejan la oscura belleza de la ciénaga de nuestra existencia.
Notes After Long Silence es el film más denso y vigoroso de Levine desde New Left Note. Como de costumbre, Levine trabajaba en otros proyectos mientras se abría paso a través de Notes After Long Silence, cuyo estilo, comprensiblemente, requirió enormes cantidades de tiempo de montaje. Mientras hacía esta película, terminó algo así como otros cuatro o seis cortometrajes. Los números siguen siendo vagos. Algunos son films reelaborados, algunos son partes de películas más largas y algunos son lo que él llama “previews”. Tienen en común una característica, que es que son rollos de película de cámara poco editados, a menudo filmados en super 8 sonoro. Otros films más recientes incluyen actores (voluntarios o involuntarios), entre ellos el mismo Levine. Ocasionalmente vuelven a un estilo abstracto anterior de contemplación de la luz, las lentes y el movimiento.
Levine actualmente está muy ocupado en la preservación y distribución de su obra. Como la gran mayoría de su trabajo ha sido hecho en película de 8mm o super 8, ahora mismo casi extintos, Levine ha estado preservando sus películas sistemáticamente en negativo de 16mm. Pero lo que realmente le ocupa como artista y activista social es la distribución de sus películas en vídeo. Este cineasta, comprometido con la imagen proyectada, ha recibido con los brazos abiertos la imagen electrónica por el acceso que le puede dar al visionado casero. Le ha costado un gran esfuerzo y grandes gastos editar su trabajo en cintas de vídeo con la suficiente calidad como para poderlas vender al precio de un libro de poesía, que es justo el modelo al que Levine aspira. Le gustaría que su trabajo fuese visto una y otra vez, por individuos o por pequeñas concurrencias, por poco dinero. La distribución, también, es política. Y en vídeo es también afilada.
Marjorie Keller[:]